El riego por goteo es una técnica eficiente y económica que permite suministrar agua directamente a las raíces de las plantas, favoreciendo un uso racional del recurso hídrico. Sin embargo, para que el sistema funcione correctamente durante muchos años, es fundamental cuidar y mantener en buen estado las tuberías de riego por goteo.
Limpieza y mantenimiento regular
Una de las claves para alargar la vida útil de las tuberías es realizar limpiezas periódicas que eviten la acumulación de sedimentos, algas o sales minerales que pueden obstruir los goteros y dañar las tuberías. Se recomienda purgar el sistema con agua limpia y, en caso necesario, utilizar productos específicos para eliminar incrustaciones.
Protección contra la exposición solar
La exposición prolongada a los rayos UV puede deteriorar las tuberías de plástico utilizadas en riego por goteo, haciendo que se vuelvan quebradizas y pierdan flexibilidad. Para evitar esto, es aconsejable cubrir las tuberías con mallas sombra o enterrarlas ligeramente, protegiéndolas del sol directo y prolongando su durabilidad.
Revisión de conexiones y uniones
Las conexiones mal ajustadas o deterioradas pueden provocar fugas y pérdida de presión en el sistema. Es importante revisar periódicamente todas las uniones, repararlas o reemplazarlas si presentan desgaste para mantener la eficiencia del riego y evitar daños mayores.
Control de presión del agua
El riego por goteo requiere una presión de agua adecuada para funcionar correctamente y no dañar las tuberías. Un exceso de presión puede causar rupturas o fugas, mientras que una presión insuficiente puede provocar un riego desigual. Instalar reguladores y filtros ayuda a mantener la presión ideal y protege el sistema.
Evitar daños físicos y almacenar adecuadamente
Las tuberías deben protegerse de golpes, cortes o aplastamientos que puedan dañarlas. Durante el almacenamiento o el transporte, es fundamental manipularlas con cuidado y guardarlas en un lugar seco y protegido para evitar deformaciones o deterioros prematuros.